Tomoka Takeuchi

Tomoka Takeuchi se enamoró del snowboard cuando este se incorporó como prueba oficial en los Juegos Olímpicos de Invierno de Nagano 1998. Poco después, demostró su talento en esta disciplina y participó en los Juegos Olímpicos de Salt Lake City 2002. Esto dio comienzo a su periplo olímpico. Tomoka obtuvo su primera victoria en la Copa del Mundo de Snowboard de 2012. Pasó a ocupar el segundo puesto en la clasificación mundial cuando ganó la medalla de plata en Sochi 2014, lo que la erigió como la primera snowboarder japonesa en ganar una medalla en los Juegos Olímpicos de Invierno. Al cabo de dos años y medio, Tomoka se clasificó por sexta vez para competir en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022.

Con tan solo 15 años, Tomoka completó una prueba en el mismo circuito en el que lo hacían los snowboarders que competían en la Copa del Mundo de Japón. Al descubrir que su marca era lo bastante buena como para situarse entre las ocho mejores, se sintió más segura de sí misma y preparada para triunfar. Tras participar en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín 2006, Tomoka se trasladó a Suiza para seguir desarrollando sus habilidades en el mejor escenario posible. Gracias a sus excelentes resultados, se convirtió en una de las mejores snowboarders del mundo y consiguió el decimotercer puesto en Vancouver 2010 y el tercero en los Campeonatos del Mundo de 2015. A pesar de sufrir una grave lesión en 2016, se recuperó para los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang de 2018, donde se hizo con un impresionante quinto puesto. En las competiciones posteriores, no ha dejado de cosechar grandes resultados.

Tomoka aspira a contribuir a la sociedad a través del deporte. Además, el valor que otorga a la solidaridad es algo que comparte con el resto de miembros de la familia Richard Mille. Su deseo filantrópico se hizo realidad en forma de evento de snowboard, organizado para los niños afectados por el terremoto que asoló el este de Iburi, en Hokkaido. El evento, celebrado en su ciudad natal, Higashikawa, en Hokkaido, ofreció a los pequeños participantes la oportunidad de jugar en la nieve con los mejores atletas de la familia Richard Mille, que acudieron desde distintos rincones del mundo para respaldar a Tomoka.

«Cuando te encuentras con algo auténtico, es probable que vuelvas a toparte con otra oportunidad similar. Richard Mille ha enriquecido mi vida al facilitarme conexiones maravillosas. Continuaré mi carrera en el snowboard con un propósito inquebrantable, gracias a la motivación de ser una deportista digna de lucir los relojes Richard Mille».