Calibre RM053
Movimiento tourbillon de cuerda manual con 30° de inclinación, horas, minutos y segundos.
Edición limitada de 15 unidades.
El polo es probablemente uno de los deportes menos apropiados para lucir un reloj tourbillon. Giros bruscos, movimientos inverosímiles, choques entre caballos y jinetes: este es el duro trato al que se somete un reloj durante un partido de polo, mucho más intenso que en cualquier otro deporte. El polo, el denominado «rey de los deportes», es una disciplina muy física y exquisitamente elegante.
Nuestros anteriores desafíos al desarrollar relojes capaces de resistir condiciones extremas estaban relacionados principalmente con la fuerza de la gravedad.
Cuando creamos este reloj tourbillon para jugadores de polo, el desafío cambió y se convirtió en algo aún más difícil. Este deporte implica golpes físicos impredecibles y muy violentos, sobre todo cuando el taco golpea la bocha con todas sus fuerzas.
Pensando en Pablo Mac Donough, colaborador de la marca, Richard Mille ingenió una caja con un diseño completamente novedoso inspirado en la forma tonel y preparada para soportar los embates de un partido de polo. Concibió una caja «blindada» de carburo de titanio con dos arcos elevados por medio de los que se abren dos ventanillas.
El movimiento y las ventanillas se disponen con un ángulo de inclinación de 30º. Los segundos danzan con la caja del tourbillon en la ventanilla izquierda mientras que las horas y los minutos se pueden leer en la ventanilla derecha. La vista inclinada es la más idónea para ofrecer una lectura cómoda al jinete sobre la silla de montar.
El diseño extremadamente compacto del movimiento tourbillon presenta una platina y unos puentes muy esqueletizados junto con una disposición compacta del tren de engranajes y del barrilete. Puesto que el movimiento es extremadamente ligero y compacto, es menos sensible a la fuerza centrífuga y centrípeta a las que se somete durante un partido de polo.
La platina esqueletizada y los puentes se han sometido a exhaustivas pruebas de validación para optimizar su capacidad de resistencia. En el polo se producen golpes bruscos e impredecibles, principalmente golpes impetuosos de la maza o la pelota. Para efectuar las numerosas pruebas de resistencia a los golpes necesarias, Richard Mille debió adaptar una máquina de pruebas de impacto de péndulo dotándola de una bola de acero con la que se sometía el movimiento y la caja a golpes de hasta 5000 G.