RM 19-02
El RM 19-02 Tourbillon Fleur personifica esta tradición de artesanía horológica con una vibrante pieza de relojería, propia de la visión que Richard Mille tiene de la relojería del siglo XXI. En él, la técnica extrema desempeña su papel, dando vida a la intención, la idea y el concepto de este reloj con una eficacia sublime. La magnolia que rodea un escape de tourbillon volante con cinco delicados pétalos de color vivo creados a mano es el primer autómata de la colección. La flor se abre y cierra con regularidad rítmica en un delicado baile cinético. Cada uno de los relojes de esta colección de edición limitada es una pieza única.
Calibre RM19-02
Movimiento tourbillon de cuerda manual con indicación de horas, minutos y mecanismo autómata.
Edición limitada de 30 unidades
La magnolia se escogió precisamente por su increíble durabilidad. Vive en la tierra desde hace millones de años, incluso desde mucho antes de la aparición de las abejas, y florece en un ciclo infinito de nacimiento y regeneración. El aspecto delicado de la magnolia contrasta marcadamente con su fuerte estructura orgánica y su resistencia en ambientes hostiles.
La magnolia rodea un escape de tourbillon volante con cinco delicados pétalos de color vivo creados a mano. La flor se abre y cierra con regularidad rítmica en un delicado baile cinético que se puede dirigir por medio del pulsador situado a las 9 horas.
Pero la magnolia no solo se abre: todo el tourbillon volador con su estambre engastado se eleva 1 mm, recreando así el movimiento natural de la flor, que se arquea hacia arriba para propiciar la polinización. Esta atención al detalle ejemplifica la mentalidad de Richard Mille de poner en práctica una artesanía relojera a todos los niveles.
La pericia técnica que subyace detrás de este exclusivo calibre tourbillon de titanio grado 5 radica en un complejo mecanismo que consta de 5 palancas que rodean la parte inferior de los pétalos, junto con otro sistema combinado con un piñón largo que se encarga de levantar el tourbillon volante y el estambre dentro de la circunferencia de la flor aprovechando la energía suministrada por un segundo barrilete independiente. Para rematar el minucioso nivel de atención al detalle, el mecanismo permite incluso configurar el ciclo de apertura y cierre de la flor.