Para la casa Richard Mille, el hecho de haber superado un reto enorme no es excusa para dormirse en sus laureles. La presentación del RM 056 en 2011 fue todo un hito en el mundo de la relojería por sus logros técnicos, pues nunca antes se había manufacturado una caja de zafiro puro y diseño tan complejo para con un movimiento tan elaborado.
A este lanzamiento le siguió el del RM 56-01, que dejó el listón todavía más alto, con una platina, puentes y su rueda primera también de zafiro. El RM 56-02 Sapphire y su nuevo movimiento, que hereda parte de la arquitectura mecánica del RM 27-01 Rafael Nadal y de su movimiento suspendido por cables, es la mismísima expresión innovadora de la transparencia horológica.
Calibre RM56-02
Movimiento tourbillon de cuerda manual con horas, minutos e indicador de tensión.
Edición limitada de 10 unidades
Así, la platina del RM 56-02, de titanio grado 5, queda totalmente suspendida dentro de la caja de zafiro mediante un cable de trenzado único especialmente desarrollado para este fin y de solo 0,35 mm de grosor, entrelazado con un sistema de 4 poleas sobre tijas situadas en las esquinas del movimiento y otras 6 poleas situadas a lo largo del contorno del movimiento. La tensión del cable está perfectamente controlada mediante un rochete miniaturizado situado a las 9 horas.
Toda esta unidad funcional está unida a un indicador separado situado bajo las 12 horas y que permite realizar una sencilla inspección visual de la tensión del cable, y garantizar así que opera en todo momento de acuerdo con la norma designada.
Así, la platina del RM 56-02, de titanio grado 5, queda totalmente suspendida dentro de la caja de zafiro mediante un cable de trenzado único especialmente desarrollado para este fin y de solo 0,35 mm de grosor, entrelazado con un sistema de 4 poleas sobre tijas situadas en las esquinas del movimiento y otras 6 poleas situadas a lo largo del contorno del movimiento. La tensión del cable está perfectamente controlada mediante un rochete miniaturizado situado a las 9 horas.
Toda esta unidad funcional está unida a un indicador separado situado bajo las 12 horas y que permite realizar una sencilla inspección visual de la tensión del cable, y garantizar así que opera en todo momento de acuerdo con la norma designada.
Además, se han optimizado otras partes del movimiento para dotarlas de transparencia gracias a la experiencia obtenida con las versiones previamente mencionadas. En este caso, los ingenieros de Richard Mille han dado un nuevo uso al zafiro, empleándolo en el diseño de un nuevo puente del barrilete, tourbillon y puentes del tourbillon. Este reto técnico, superado con total fluidez, supone un logro culminante para los relojes de la familia del zafiro, dentro de la amplia variedad creativa presente en la colección Richard Mille.
El zafiro, creado a partir de cristales de óxido de aluminio (AI2O3) sujetos a altas presiones y temperaturas, es transparente por la pureza de su composición y tiene una dureza de 1800 HV (9 Mohs), lo que lo vuelve resistente a los arañazos de cualquier otro material que no sea el diamante.
La caja tripartita del RM 56-02 está fresada a partir de bloques de zafiro macizo, un trabajo elaborado por los prestigiosos y altamente especializados expertos de Stettler, con sede en Lyss (Suiza), que tuvieron como difícil tarea la de crear las partes del movimiento, así como la caja tripartita única de Richard Mille, cuya curvatura ergonómica acompaña perfectamente la forma la muñeca. El logro técnico e ingeniero que supone este reloj se hace evidente cuando examinamos el proceso de creación de algo tan inimitable como el RM56-02: para producir una caja, son necesarios 40 días de mecanizado ininterrumpido, seguidos de 400 horas adicionales de mecanizado y acabado para los distintos puentes del movimiento.