«Llevaba mucho tiempo queriendo crear mi propia marca. Mi deseo era crear un nuevo modelo de negocio que se distanciara por completo de las estrategias de marketing tradicionales, algo absolutamente original.
Mi objetivo era crear un segmento nuevo y puntero dentro del mercado de la alta relojería y me entusiasmaba descubrir cuál podría ser el resultado».
Richard Mille
Richard Mille no se decidió de la noche a la mañana; su decisión fue más bien la consecuencia lógica de la experiencia adquirida tras décadas de trabajo en proyectos de alto nivel de creación, gestión y desarrollo en el seno de varias marcas de relojes y joyería de alta gama. Su fascinación por la tecnología, su entendimiento y pasión personal por los coches de carreras, la satisfacción que experimentaba al desafiar los límites de la velocidad por tierra, mar y aire, así como su especial debilidad por el diseño y la ergonomía le persuadían de que ningún reloj producido hasta la época lograría superar sus expectativas.
Al cumplir los 50 años, Richard Mille decidió crear su propia marca de relojes con el propósito de elevar la relojería a una nueva dimensión adoptando un enfoque contemporáneo. Su idea era desarrollar un producto especial: el reloj de sus sueños: una idea que conllevaba no escatimar en los costes de producción —que alcanzaban cifras desmesuradas—.
Este reloj especial con un diseño ergonómico gracias a una caja en forma de tonel ornamentada por unos tornillos distintivos se comercializó en 2001 con un precio competitivo de seis dígitos y le valió a la flamante marca su merecido ascenso hasta la cúspide del mercado de la relojería de lujo.
«De la mano de Dominique Guenat y de los mejores expertos de la industria de la relojería suiza que no se atemorizaron ante las ideas desafiantes a las que pretendíamos dar vida, comenzamos a trabajar en el primer diseño: el RM 001».
Richard Mille
Richard Mille y su íntimo amigo Dominique Guenat, propietario de Guenat S.A. Montres Valgine, unieron sus fuerzas para hacer realidad un sueño. El destino quiso que Dominique Guenat y Richard Mille se conocieran en 1988, cuando este último ejercía de director de Relojería y director general de Joyería en Mauboussin. Lo que empezó siendo una relación meramente profesional, se convirtió en una estrecha amistad afianzada por la pasión que compartían por los automóviles, la aeronáutica y todo lo relacionado con la mecánica.
Aquellos clientes que supieron apreciar inmediatamente la calidad intachable de un producto tan visionario fueron los primeros en promover el éxito categórico de esta primera creación. Ahora, tras más de 18 años, la colección de relojes Richard Mille incluye más de 120 modelos diseñados y producidos con la misma pasión y principios incuestionables que rigieron la primera creación de la marca.