Didier Drogba no es una estrella internacional del fútbol cualquiera. Fuera del terreno de juego, Didier es un hombre con un corazón enorme y un compromiso inquebrantable: un defensor a ultranza de la paz, una causa en la que contribuye por medio de iniciativas respaldadas por la Fondation Drogba.
El jugador que despuntó entre sus compatriotas batiendo sin apenas tardar el récord de máximo goleador de Costa de Marfil y está considerado uno de los mejores jugadores ofensivos de la historia es un gran aficionado de los relojes y seguidor de la marca desde hace años. El futbolista, que ya despertaba los elogios de sus seguidores en los inicios de su carrera, ha jugado en algunos de los equipos más importantes del mundo, como el Olympique de Marseille y el Chelsea FC. Defendiendo la camiseta azul del Chelsea vivió sus años más prósperos, en los que conquistó cuatro títulos de Premier League, cuatro títulos FA Cup y una UEFA Champions League. En abril de 2017, adquirió el Phoenix Rising FC, equipo para el que también se ha calzado las botas compitiendo en la USL, la segunda división de Estados Unidos. Logró llegar a la final de la USL antes de colgar las botas en noviembre de 2018.
«Soy simplemente un fan al que le han dado una camiseta. El contacto con los seguidores y el cariño que me transmiten han sido lo mejor de mi carrera».
Didier Drogba
Detrás del jugador admirado por legiones de seguidores se esconde un hombre incluso más respetable con un compromiso personal. El día 8 de octubre de 2005 pasará a la historia como el día en el que un país azotado por la guerra como Costa de Marfil se clasificó para el Mundial por primera vez en la historia del país. A través de unas declaraciones en televisión, Didier Drogba instó a sus compatriotas a «convivir y jugar juntos por un objetivo común. Un país con tanta riqueza no debería sucumbir a la guerra».
En 2007, fundó su propia organización benéfica con el propósito de concretizar sus convicciones más personales. La fundación tiene por misión promover «acciones sostenibles, que perduren». Con este principio por bandera, aunque las iniciativas de la fundación se diversifiquen y aborden nuevas causas, no cesa en su propósito de fomentar la paz en su país y en el continente africano. Entre las iniciativas concretas se encuentran la construcción de un centro pediátrico ambulatorio en Abiyán, la construcción de una escuela en Gagnoa en colaboración con Nestlé, la adquisición de un vehículo medicalizado llamado «The Heart Mobile» para el diagnóstico de enfermedades cardiovasculares en Costa de Marfil o el fomento de la agricultura sostenible. «Gracias a mi profesión, he tenido la oportunidad de viajar a casi todos los rincones de África. Lo que más me impacta es la falta de acceso a los servicios sanitarios y la educación. El propósito de la fundación es proporcionar a la población los medios para ganar autonomía, un aspecto imprescindible para el desarrollo de una comunidad». Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que Didier Drogba asumiera el papel de vicepresidente de la ONG Peace and Sport el año en el que se retiró.
«Desde hace más de una década, mi misión es lograr la paz y fomentar la convivencia. Esta asociación refleja mi forma de ser y representa los logros que he conseguido como futbolista. Puesto que los gobiernos y autoridades muestran un gran respeto por la neutralidad política del deporte, se muestran predispuestos a escucharnos».
Didier Drogba