McLaren es la única marca que puede reivindicar haberse mantenido en el Olimpo de los grandes premios siendo sinónimo de innovación durante los últimos 50 años. Su prestigio, sustentado en la búsqueda permanentemente de la innovación técnica, la minuciosa atención a los detalles y los triunfos en el circuito concuerdan a la perfección con la filosofía de Richard Mille. Ambas marcas también comparten su pasión por la tecnología moderna, el diseño de vanguardia y la ingeniería de precisión.
«Poder asociarnos a McLaren resulta especialmente oportuno: llevamos varios años valorando patrocinar de forma limitada la Fórmula 1, pero esta oportunidad nos ha permitido comprometernos de una forma más profunda y significativa, prestando la debida atención y dirigiendo nuestros esfuerzos a un gran equipo».
Richard Mille
Para Richard Mille, esta colaboración resulta especialmente importante pues aún recuerda como si fuera ayer cuando McLaren introdujo en la Fórmula 1 un monocasco fabricado integralmente con fibra de carbono. Fue allá por 1981. Esa tecnología revolucionaría el mundo de las carreras automovilísticas. Años más tarde, la marca relojera logró adoptar la misma solución técnica a sus relojes de lujo: una estructura de nanofibras de carbono para las platinas.
McLaren Racing tiene una sola misión: ganar grandes premios y campeonatos del mundo. Para conseguirlo, los técnicos deben diseñar, construir y probar constantemente coches de Fórmula 1 capaces de ganar carreras. Para ello se necesita concentración, ambición, imaginación, dedicación y una atención microscópica al detalle. En una palabra, se necesita excelencia. Dado este nivel de detenimiento en la técnica y el diseño, la marca y el McLaren F1 Team se han lanzado a desarrollar proyectos conjuntos.
El primer resultado de esta excepcional colaboración fue el RM 50-03 que vio la luz en 2017. Combinando una exhaustiva investigación sobre el grafeno con la ingeniería de precisión, Richard Mille y McLaren F1, con la colaboración de la Universidad de Mánchester, crearon el cronógrafo mecánico más ligero del mundo. Gracias a este trabajo de equipo, los ingenieros de Richard Mille siguen desafiando los límites de la alta relojería.