«El tiempo es decisivo en mi deporte. Puedes estar entrenando toda la vida, pero una milésima de segundo marca la diferencia entre el oro o nada. Me entreno mentalmente a cámara lenta. Necesito ponerme en contacto con mi sistema neuronal, desbloquear mi mente y entrar en un estado de flujo».
Miles Chamley-Watson
Si alguien decidiera romper los clichés sobre la esgrima, uno de los deportes más elitistas del mundo, probablemente se imaginaría a Miles Chamley-Watson. Miles se describe como un niño de Londres de origen jamaicano, irlandés, británico y malauí, que se mudó a la ciudad de Nueva York a los diez años y ahora compite por la bandera estadounidense. «¡Todo esto es, ciertamente, un poco raro!», bromea con su marcado acento londinense. Miles descubrió la esgrima cuando era alumno de la Dwight School de Manhattan. Sus maestros pensaban que sería una buena manera de gestionar su hiperactividad. Un arma de doble filo, porque, desde entonces, Miles ha estado canalizando «ese niño interior» que hay en él para convertirse no solo en medallista olímpico, sino también en el primer hombre esgrimista estadounidense en ganar en la categoría individual del Campeonato Mundial Sénior. Su estilo es tan único que incluso ha dado lugar a su propio movimiento homónimo: el «Chamley-Watson», un hábil tocado al flanco del oponente por la espalda.
Esta mentalidad centrada en el tiempo explica que Miles se describa a sí mismo como «una persona de relojes muy grandes». Hace cinco años escribió una lista de marcas con las que soñaba colaborar. Richard Mille figuraba en ella. «Ambos somos poco convencionales. Es una marca cuya prioridad es asumir riesgos. Tengo la palabra "riesgo" tatuada en la mano y la miro para inspirarme cada vez que compito». El mayor objetivo de Miles es transformar la esgrima «estirada» para que pase de ser una práctica restringida a convertirse en un deporte más generalizado. La ve como una forma de ayudar a niños como él, que tienen dificultades para integrarse en la escuela. «Quiero demostrar a los niños lo que son capaces de hacer. Incluso estoy trabajando en nuevos atuendos y en un sistema de puntuación con luces intermitentes para lograr que la esgrima se emita en la tele en horario de máxima audiencia».
Miles lleva el RM 67-01 Automático de oro blanco con diamantes engastados. «Me encanta observar el movimiento, las esferas. En eso consiste la esgrima: precisión, sincronización y estilo. Sobre todo, es una marca que se niega a hacer las cosas como los demás. Os atrevéis a ser diferentes, como yo. ¡Deberíamos unir fuerzas y cambiar el mundo!». ¡Touché!