El polo es quizá el deporte menos apropiado para lucir un reloj tourbillon. Giros bruscos, movimientos inverosímiles, choques entre caballos y jinetes: un trato mucho más intenso que en cualquier otra actividad. El polo, el denominado «rey de los deportes», es una disciplina muy física y exquisitamente elegante, en la que todo depende de una perfecta sincronización. Si un caballo joven está sometido a demasiada presión, apenas rendirá en el futuro. Sobre el terreno de juego, cuando se hace un pase a destiempo, los compañeros de equipo no logran atraparlo. Por estar siempre en el lugar adecuado en el momento oportuno, Pablo Mac Donough se ha consolidado como uno de los mejores jugadores de polo del mundo.
Cuando se trabaja con caballos, hay que tener en cuenta que cada animal es diferente. No es nada fácil lograr que un caballo corra, frene o gire rápido. De hecho, puede ser incluso peligroso. En el polo, todo depende de una perfecta sincronización. Si un caballo joven está sometido a demasiada presión, en el futuro, su rendimiento no será el deseado. Sobre el terreno de juego, cuando se hace un pase a destiempo, los compañeros de equipo no logran atraparlo. Hay que anticiparse, adelantarse a los acontecimientos. Además, hay que estar en el lugar correcto en el momento adecuado para ofrecer el mejor juego posible.
Gracias a su actitud, Pablo Mac Donough se ha consolidado como uno de los mejores jugadores de polo del mundo.
Nacido en Buenos Aires, quinta generación de argentinos de origen irlandés, lleva el deporte en la sangre. Con 14 años, ganó la Copa Potrillos —el trofeo infantil de polo más prestigioso del mundo—. Desde entonces, Pablo ha cosechado una lista insuperable de éxitos con la que ha llenado los estantes de trofeos de La Irenita, posiblemente la mejor granja de cría de caballos de polo del mundo, regentada por su familia. Se ha alzado con la victoria en el Abierto de Palermo una docena de veces, compitiendo con tres equipos distintos —el Ellerstina, La Dolfina y La Natividad, y ostenta el récord de todos los tiempos del Abierto de Tortugas. Otros éxitos de envergadura, como en el Abierto de Hurlingham, la Copa de la Reina (Reino Unido), el Abierto Británico y la Copa de Oro de Sotogrande (España), han añadido peso a su palmarés.
Pablo se unió a la familia Richard Mille en 2012. Su colaboración con la marca dio vida al modelo RM 053, el primer reloj dedicado al polo y concebido con una caja blindada, específicamente diseñada para resistir los embates de un intenso partido de polo. Pero este magnífico trabajo en equipo no se detuvo ahí. El RM 53-01, lanzado en 2018, es otro «llamativo» éxito de este dúo. La misión de este reloj deportivo responde a un único requisito: ser «a prueba de polo».