Inaugurado en 1996, el Polo Club de Chantilly se ha convertido rápidamente en el representante de la disciplina ecuestre en Francia. El broche de oro lo ponen las 205 hectáreas que ocupan las instalaciones, situadas cerca de París, que dejan tras de sí una larga historia de grandeza.
La Ferme d'Apremont era en sus orígenes un extenso complejo agrícola dentro del bosque del Château de Chantilly, una propiedad que encierra una historia inextricablemente unida a la de los Príncipes de Condé. Los nobles establecieron su corte en este mismo lugar, a partir del siglo XVII, haciendo frente a Versalles. Cuenta la leyenda que Luis II de Borbón-Condé, conocido como El Gran Condé, estaba convencido de que se reencarnaría en equino, por lo que ordenó construir un establo digno de los palacios de la época. Hoy en día, les Grandes Écuries sigue siendo el establo más grande de Europa.
Durante el siglo posterior, Chantilly consolidó su estatus de centro ecuestre de prestigio gracias a las Grandes Écuries y su hipódromo, que acogía anualmente el Prix du Jockey Club y el Prix de Diane.
En 1995, la Ferme d'Apremont fue puesta en alquiler y el Institut de France concedió un arrendamiento de cincuenta años a un grupo de amigos que soñaban con formar un club de polo célebre en el mundo entero. Entre ellos se encontraba Patrick Guerrand-Hermès, descendiente del fundador de la casa de moda Hermès, que invirtió toda su energía en hacer realidad este sueño. Casi treinta años más tarde, la apuesta ha dado sus frutos.
Aunque no se puede separar el éxito del Polo Club de Chantilly del increíble trabajo en equipo que requiere su mantenimiento, no es de extrañar que este excepcional enclave haya facilitado en gran medida las cosas. Los edificios, que datan de principios del siglo XVIII, son espléndidos por sí mismos.
Philippe Perrier, director del club desde su creación, siente un orgullo especial por la calidad de sus instalaciones: los jugadores tienen acceso a 30 terrenos (con una extensión de tres a seis hectáreas cada uno), nueve canchas cuidadas meticulosamente y dos canchas de arena adicionales para cualquier condición climática, 200 boxes con posibilidad de añadir 400 más en función de la temporada, una casa del club y muchas más comodidades. Las ambiciosas infraestructuras han permitido a Apremont acoger muy rápidamente competiciones de gran envergadura, forjando su reputación en la esfera internacional del polo.
El club también se enorgullece de haber desempeñado un papel importante en la creciente difusión del polo femenino, tras organizar el primer Open femenino del circuito internacional de 2012. El año 2015, que marcó la llegada de Richard Mille como cronometrador oficial del Polo Club de Chantilly, no registró ningún descenso en las competiciones deportivas, con decenas de campeonatos programados cada año.
El refinamiento de las instalaciones se une al prestigio de las competiciones para alcanzar el objetivo del Polo Club de Chantilly de presentar la disciplina al gran público, conforme a los deseos de sus miembros fundadores.
La Ferme d'Apremont también acoge la escuela de polo más importante de Francia, donde se imparten cursos de gran calidad tanto para jugadores principiantes como avanzados con más de 30 caballos aptos para cualquier nivel de entrenamiento, ya sean clases o campeonatos, y cualquier constitución física.