Poca gente puede decir que su ciudad adoptiva ha proclamado un día en su honor. El 24 de septiembre de 2018 fue declarado oficialmente el Día de Scott Dixon. El alcalde de Indianápolis concedió este inusitado honor al piloto más laureado en el circuito de IndyCar y el segundo campeón más exitoso de IndyCar de todos los tiempos.
Sin duda, para Dixon fue un día memorable, puesto que coincidió con el estreno mundial de un documental que conmemora los momentos más destacados de una trayectoria espectacular en todos los sentidos. El título, Born Racer (nacido piloto), habla por sí solo. Cuando apenas contaba con 13 años, las autoridades de su país natal, Nueva Zelanda, le concedieron un permiso de conducir especial que autorizaba al joven entusiasta a conducir legalmente un sedán dos años antes de cumplir la mayoría de edad. Muchos de los aficionados a la carrera Pukehohe Park recordarán con asombro y admiración a Scott como el chico que llevaba un cojín atado a la espalda para poder llegar a los pedales. Es fácil adivinar que la escena acabó en llanto. No sorprende que pocos años más tarde sus compatriotas le nombraran deportista neozelandés del año no una, sino dos veces en 2008 y 2013.
A lo largo de su apoteósica trayectoria, el coraje y el arrojo de Dixon nunca flaquearon, lo que le ha valido fraguarse un puesto entre los tres primeros clasificados de la lista de campeones de IndyCar de todos los tiempos. Está clasificado como el segundo piloto con más salidas consecutivas desde su debut de 2004 en Míchigan. Dixon ha ganado el campeonato IndyCar Series en 2003, 2008, 2013, 2015, 2018 y 2020, año en el que lideró el campeonato durante toda la temporada, una hazaña poco habitual que no se repetía desde que Sam Hornish lo consiguiera en 2001. Si hay algo que nadie puede negar es su resistencia. Dixon ha mantenido en Chip Ganassi Racing desde 2002. Este es el tipo de compromiso a largo plazo que le aguarda en la familia Richard Mille, a la que se unió en 2019.
No solo el alcalde de Indianápolis le ha homenajeado con un reconocimiento por sus logros. Su majestad la Reina Isabel II le otorgó en 2019 la codiciada distinción de Compañero de la Orden del Mérito de Nueva Zelanda.