El velocista Yohan Blake posee un palmarés que no deja a nadie indiferente. En 2011, se proclamó campeón mundial de los 100 metros. Pero su ascenso al Olimpo de los atletas más importantes de la historia tendría que esperar a 2012. Blake cerró la temporada 2012 coronándose como el segundo hombre más rápido de la historia, no solo en los 100 metros, sino también en los 200 metros. En los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, formó parte del equipo vencedor en la prueba de relevo 4 x 100 metros y reescribió la historia con un nuevo récord mundial con 36,84 s.
La colaboración comenzó poco después de su apoteósico paso por Londres. El primer modelo creado con y para Yohan Blake se presentó en 2013. El diseño del RM 59-01 es una de las ediciones más espectaculares de la marca. Ahora, acompañado del RM 61-01, Yohan sigue marcando el tiempo a su manera tanto dentro como fuera de las pistas.
Pese a que Yohan tiene un don para hacer que convertirse en campeón mundial parezca fácil —quizá porque siempre resultó evidente que tarde o temprano saborearía las mieles del éxito—, con toda certeza, no lo habría logrado de no haber consagrado varios años de su vida al entrenamiento. Puede que haya conquistado el mundo, pero el atleta no se ha olvidado nunca de su Jamaica natal y destina los frutos de su éxito a ayudar a sus compatriotas que más lo necesitan.
Es inmensamente solidario y dedica la mayor parte del tiempo a ayudar a niños jamaicanos desfavorecidos a través de la organización benéfica YBAfraid. Es uno de los pocos deportistas que dona una gran parte de sus ingresos a su fundación. Richard Mille desarrolló inmediatamente un inmenso afecto por la personalidad de Yohan Blake, su compromiso con las causas humanitarias, su enorme talento como velocista y su técnica impecable.