Zafiro
Cristalina
Actualmente, el zafiro es uno de los materiales más demandados en la alta relojería, pero Richard Mille destacó su visión pionera hace una década al reconocer su verdadero potencial para la fabricación de cajas de relojes enteras. La marca invirtió importantes recursos en investigar y desarrollar nuevas técnicas con el objetivo de elevar sus calibres más exclusivos de formas sin precedentes.
Las principales ventajas del zafiro son su transparencia y su resplandor, que resaltan cada detalle de los calibres de la marca al tiempo que captan sutilmente la luz con cajas mecanizadas íntegramente en este material. La creación de esta configuración atemporal y cristalina mereció toda la dedicación de los ingenieros y equipos de diseño.
Es a la vez funcional, estético y sensorial. Su composición química le confiere una excepcional puntuación de 9 en la escala Mohs de dureza mineral, justo por detrás del diamante, que encabeza la clasificación. Sus extraordinarias propiedades lo hacen resistente a golpes y arañazos, mientras que su superficie suave y táctil proporciona una sensación de calidez y confort en la muñeca. Este material único, fruto de una habilidad y destreza experta, encarna a la vez elegancia e innovación.
Al igual que en los sectores óptico y electrónico, la industria relojera emplea zafiro sintético, que posee la misma composición química, propiedades físicas y estructura cristalina que su homólogo natural, pero con la ventaja añadida de que puede producirse en bloques lo suficientemente grandes para crear las cajas de Richard Mille. Para producir las tres partes de una sola caja curva de reloj Richard Mille, se requiere un bloque de zafiro que pese varias docenas de kilogramos.
Una disciplina metódica
En colaboración con su socio suizo Stettler AG, la marca utiliza la técnica Kyropoulos para producir este material. Consiste en elevar la temperatura del óxido de aluminio a un rango de 2.000 a 2.050°C en un entorno controlado. Un pequeño cristal de zafiro actúa como semilla, estimulando el crecimiento gradual del cristal sintético a su alrededor, en un proceso que puede durar varias semanas.
Las limitaciones inherentes al uso de zafiro sintético en Richard Mille no tienen precedentes. En primer lugar, las cajas presentan formas complejas y curvas que requieren la implementación de procesos de mecanizado y acabado más exigentes de lo habitual. La dureza del material, que alcanza los 2.000 Vickers, junto con su extrema rigidez durante el corte y el montaje imponen tolerancias de unas pocas micras. Además, la elaboración de una caja de zafiro requiere más de 1.000 horas de trabajo en el fresado y el pulido.
Al introducir el RM 056 Tourbillon Split-Seconds Chronograph Sapphire en 2012, Richard Mille marcó un hito significativo en la industria de la relojería.
Perspectivas infinitas que inspiran
Siempre a la vanguardia de las tendencias, fue pionero en comenzar muy pronto a utilizar zafiro sintético en diversas piezas de sus movimientos, como la platina, el puente del barrilete de cuerda, el puente del tourbillon y, unos años más tarde, el puente central de sus modelos RM 56-01 y RM 56-02.
En 2015, la marca presentó sus primeras creaciones de zafiro coloreado con el RM 07-02 Automatic Sapphire. Estas cajas de zafiro, a veces engastadas con piedras preciosas, fueron una primicia mundial en relojería y ejemplifican a la perfección la incansable búsqueda de Richard Mille por sobrepasar los límites, innovar de manera continua y reinventar la estética de la relojería moderna.