El trabajo que llevan a cabo los relojeros que reparan y restauran todos los relojes Richard Mille es prácticamente extraordinario.
Diagnóstico, valoración, renovación, reparación y ensayos son palabras clave en este departamento, donde los errores no tienen cabida. Si el relojero encuentra cualquier defecto en este último examen, antes de fijar la correa, no le quedará más remedio que comenzar todo el proceso desde el principio.
Operaciones como la reparación, los controles de sincronización, funciones y reserva de marcha, las inspecciones visuales y la restauración de las cajas requieren bastante tiempo debido a la complejidad de los modelos y a que los calibres no contienen piezas estándar. No obstante, respetan a la perfección la filosofía de Richard Mille: no dejar nada al azar para ofrecer a nuestros clientes el mejor servicio posible.
Los relojes Richard Mille están diseñados para someterse a pruebas de estanqueidad hasta 30, 50, 100 o 300 metros. Inevitablemente, la estanqueidad va disminuyendo cada año debido a los efectos de los cambios de temperatura cotidianos que experimentan la caja, el cristal, la corona y los dispositivos de sellado. Por este motivo, recomendamos comprobar la estanquidad cada año para garantizar la máxima protección del reloj.
CAMBIO DE CORREA
Richard Mille siempre ha considerado la correa un componente al que hay que prestar la máxima atención. La comodidad es una de las principales prioridades de la marca. Proponemos una gama completa de correas que combinan cientos de colores con distintos tipos de material como el satén, la piel de aligátor, el caucho, la piel o el Velcro®, con cierre desplegable o de hebilla, así como correas de metal en la colección de mujer. Debido a la complejidad que presenta el montaje de los tornillos Spline, es imprescindible que uno de nuestros relojeros efectúe el cambio de correa para garantizar que se fija a la caja con el par de apriete adecuado.
MANTENIMIENTO DEL MOVIMIENTO
Antes de proceder al mantenimiento, se efectúa un exhaustivo examen visual del exterior del reloj para detectar cualquier posible daño. Se verifica por separado si la hebilla y la correa presentan cualquier tipo de desgaste y se desmontan. Se abre el reloj paso a paso para examinar detenidamente cada uno de los componentes, prestando especial atención a los fallos que ha detectado el propietario. Si el movimiento contiene rubíes engastados o decoraciones interiores, estos componentes se examinan aparte para comprobar que se encuentran en perfectas condiciones y fijados correctamente. Se desmonta el cristal y se retiran todas las juntas de la caja. Los biseles frontal y posterior desmontados se envían, junto con el canto, a otro departamento que procede a restaurar el acabado o remplazarlos. El relojero examina y limpia físicamente, uno a uno, todos los rubíes del movimiento para retirar todo el polvo o el aceite que se haya podido depositar en ellos. A continuación, se limpian químicamente la platina y los rubíes junto con determinados componentes. Posteriormente, se vuelve a ensamblar y a engrasar el reloj.
MANTENIMIENTO DE LAS PIEZAS
Durante el proceso de limpieza y desmontaje del reloj antes de engrasarlo, se examinan exhaustivamente todas las piezas para evaluar el nivel de desgaste o detectar posibles daños. Cuando sea pertinente, se sustituirán las piezas dañadas. Además, si algún detalle específico de la concepción del movimiento ha sufrido cambios, se aplicarán los cambios correspondientes siempre que el modelo específico lo permita. Los dispositivos de sellado y las juntas se sustituirán por unas nuevas y se efectuará una prueba de estanqueidad de nivel 2.
Una vez que se ha concluido el mantenimiento y el engrasado, el reloj se somete a diversas pruebas para comprobar la regularidad a distintas temperaturas y en posiciones que simulan el uso cotidiano.
Tenga en cuenta que cuando se mide la sincronización del movimiento del reloj fuera de la caja el resultado difiere del obtenido cuando se mide integrado dentro de la caja.
Incluso cuando se nos confía un reloj para una revisión rápida y rutinaria sin que se haya detectado ningún fallo, se precisan dos semanas para sincronizar y ajustar el reloj adecuadamente antes de devolverlo a su propietario. Los resultados cronométricos del reloj se comprueban a distintas temperaturas y en distintas posiciones empleando métodos avanzados controlados por ordenador.
Si el reloj supera todas las pruebas, el movimiento se integra de nuevo en la caja limpia y nuevamente acabada y se colocan en la caja, la corona y los biseles nuevas juntas estancas. La estanqueidad se comprueba a alta y baja presión y las funciones del reloj encajado se someten a un nuevo control de calidad visual y físico.